El lunes 5 de julio de 2010, falleció a los 68 años mi padre, Luis Abelino Saavedra Carrasco, una persona humilde con un corazón maravilloso, un revolucionario consecuente que se llevó consigo muchos secretos y que sacrificó su vida e intereses por buscar una sociedad mas justa.

Eterno amante del básquetbol y creativo cocinero, terminó sus días feliz -y agobiado- de amasar empanadas, hacer tortas y dulces, tenia buena mano. Es claro que no encontrare nunca reemplazo para sus preparaciones.

En nombre de Mónica (su actual compañera), mis hermanos Rodrigo, Roxana y Ernesto, y toda nuestra familia, agradecemos todos los saludos y abrazos recibidos.

Quiero compartir con quien desee,  este pequeño adiós que leí el miércoles 7 de julio en su despedida…

Ayer mis hijas trajeron dos regalos maravillosos, Eloísa se dibujo sonriente junto a su abuelo, ambos con grandes corazones rojos y la Candelaria  escribió una carta bellísima donde aparecía la palabra libertad…

Aunque este momento es difícil para todos, hay algo que me hace respirar con calma y hace que me sienta feliz: hoy mis niños, tus nietos,  gracias a tus sacrificios y peleas, sienten la libertad –no solo de escribir- y reconocen la importancia de los corazones para albergar cariño, sueños y recuerdos…

Algunos de mis amigos conocen esta historia, siempre pienso en que re-conocí a mi padre como a los 17 años, todo el periodo anterior era de un papa que venía de vez en cuando a vernos y que muchas veces estaba gordo, flaco, barbudo o pelado, con lentes o sin lentes…tuve que crecer para entender que vivías tu vida como un padre clandestino.

Durante toda nuestra infancia, junto a mis hermanos te extrañamos, te necesitamos, te quisimos, tus opciones como hombre y como revolucionario hicieron que eso no ocurriera con la frecuencia que nos hubiera gustado….

En lo personal, hoy agradezco que tu vida, Papá, me haya enseñado a ser una buena persona, humilde, sensible y amigable, ten por seguro que todo eso es lo que me ayuda a diario para compartir con mis hijos los ideales que tu grabaste en mi.

Papá, muchas veces me preocupe de decirte cosas que no me gustaban de ti  pero tan pocas veces te dije las cosas que me enorgullecen, hoy  te quiero dar las gracias..

  • Por tus sueños e ideales, y haberme enseñado el camino por el que transitaste para convertirte en el Hombre Nuevo, ese sueño del CHE Guevara que busca una mejor vida.
  • Por tu amor por el deporte y el básquet, que para mí ahora están distantes, pero que tanto me enorgullecía al verte jugar por la roja.
  • Por tu convicción y valentía, esa que te llevó a arriesgar tu vida e incluso alejarte de tus hijos por la lucha por la libertad y la justicia.
  • Por tu capacidad de tolerar, y haberme enseñado, a tropiezos y saltos, a ser una persona tolerante pero dispuesta a dar la pelea por causas justas.
  • Por tu buena mano, y haberme enseñado a disfrutar de la cocina en casa y a tratar de competir con tus comidas exquisitas, y claro, el arroz con carne de los domingos.

Finalmente, querido viejo, quiero agradecerte por haberme regalado una gran familia, coja, con heridas,  distante y también muy cercana, se que estarás con nosotros y que harás que nos reunamos. Los quiero a todos.

Papá, te quiero.