Para todos los amigos que me han preguntado por twitter, facebook y correo, les cuento que mis hijos, mi familia y yo nos encontramos bien y que mas alla de algunos daños materiales pequeños, estamos todos bien.

Fueron momentos aterradores, el cielo se iluminaba con destellos y los arboles de mi calle se movìan como si alguien los estuviera sacudiendo, los adultos mayores de mi edificio gritaban aterrados. Con Natalia nos abrazabamos bajo la puerta de departamemto mientras era dificil estar de pie y se escuchaba GRITAR a la tierra. En un momento creí que el edificio no iba a resistir.

Cuando todo se detuvo, con mi hermano -que vive en el piso de arriba- empezamos a evacuar hacia la calle a los adultos mayores que viven en nuestro edificio, habia mucho temor y desconcierto, los departamentos revueltos enteros y con muchos vidrios por todos lados. Salimos en pijamas, en la calle se sentian sirenas y alarmas desde todos lados. Fue bien duro, pero despues de lo visto por televisión, lo nuestro fue una fiesta. :-(

Hasta ahora se habla de 711 muertos, pero estamos claros de que ese número será mayor, además de la tierra, el agua causó incluso mas estragos, devastando amplias zonas costeras en la región del Maule y en la Región del Biobio, zonas del epicentro.

En santiago las cosas vuelven lentamente a la calma, sin embargo ver las imágenes de la televisión y el flujo de información en Internet ponen el toque de nerviosismo permanente, hay temor, hay incertidumbre en Chile.

Aunque las instituciones funcionan, como se ha señalado, hay una sensación de abandono y alarma que será dificil de controlar en lo inmediato, las replicas continuan y eso es bastante aterrador. Por suerte van disminuyendo.

Ayer hablaba con mi madre y comendabamos lo sucedido, ella ha vivido tres -y yo dos- de los mas grandes terremotos de la historia del mundo, todos en Chile.

Parece ser esa la historia de las familias chilenas, y es justo eso lo que me hace reflexionar respecto de cuando chile estará preparado. Tuvieron que pasar 25 años, desde el terremoto de 1985 para que llegara uno nuevo y todavía no tengamos madurez en los sistemas de emergencia.

El terremoto -que sacudió a casi el 80% de la población de Chile- ha dejado huellas que serán difíciles de borrar, nuevamente y como se nos ha enseñado desde pequeños, hemos debido aguantar bajo las puertas, mesas o en espacios abiertos el mayor remezón que la historia de Chile tenga recuerdo, se habla de que ha sido incluso mas fuerte que el de Valdivia en el 60.

Las comunicaciones colapsaron, todas, la reación fue lenta en un principio, pero la magnitud del evento lo explica por si sola, lentamente la ayuda empieza a llegar, mientras en Concepción, Talcahuano, Cobquecura, Talca y mas de 10 ciudades se aprecian daños enormes y gente sufriendo, todo esto sobrecoge.

Como si fuera poco, además de un terremoto grado 8.8, sin que nadie se diera cuenta -o mejor dicho- sin que la ARMADA lo advirtiera, dos horas después del sismo, un maremoto (tsunami) se descargó sobre kilometros de litoral chileno, agravando màs la situación y destruyendo lo que -en esas zonas- pudo quedar en pie.

Chile necesita ayuda, mucha, la podemos obtener de todos los que estamos sanos y de todos los paises amigos que ahora estan ayudando, nos demoraremos en reconstruir, pero se hará.

La lección aprendida -espero- es que no podemos esperar 25 años mas para otra catastrofe, se necesita aprender de una vez que Chile DEBE tener planes de contigencia ante catástrofes como ésta, pues estaremos expuestos a ellas siempre.

Se necesita una Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI) con recursos, economicos, humanos y tecnológicos que permitan activar los planes de contigencia a tiempo, y por favor, avisar y alertar “marejadas” que terminan siendo maremotos.

Los Sitios Web de Gobierno han dado làstima, siento una rabia e impotencia enorme al ver como sitios que debieran ser elaborados pensando en los ciudadanos, muestran las fotografìas de sus autoridades cortando cintas en vez de servir la información que se necesita, de manera actualizada y agil, favoreciendo la comunicación y no fomentando la incomunicación.

VAMOS CHILE, FUERZA CHILE!